Fue una experiencia conmovedora presenciar el paso del Regimiento de Granaderos a Caballo, que atravesaba el barrio en dirección al Congreso de la Nación.
El sábado por la mañana salí a dar mi habitual caminata por Recoleta, con la intención de ver si algo había cambiado, si surgía alguna novedad. Al llegar a la intersección de Avenida del Libertador y Tagle, me encontré con una escena inesperada: frente al edificio del Automóvil Club Argentino, avanzaba una columna del Ejército de Granaderos a Caballo General San Martín, que se dirigía al acto de apertura de sesiones ordinarias en la Cámara de Diputados, encabezado por el Presidente de la Nación.
La emoción fue inmediata al ver a esos jinetes luciendo el tradicional uniforme histórico, algunos portando banderas argentinas, otros integrando la banda militar con sus instrumentos. Todo eso, sumado a la imponencia de los caballos que los acompañaban, formaba un cuadro visual extraordinario.
Fue, sin dudas, un regalo para los sentidos, una postal que despertaba la memoria colectiva y nos invitaba a imaginar a aquel heroico ejército que protagonizó los primeros pasos hacia la independencia argentina, y que también fue clave en la libertad de pueblos hermanos como Chile y Perú.