13 agosto, 2025

Reciclado urbano en transformación: la Ciudad de Buenos Aires impulsa una reorganización estructural con eje en la equidad y la eficiencia.

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Con una decisión que marca un antes y un después en la política ambiental porteña, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha iniciado una profunda reestructuración del sistema de reciclado urbano. En una jugada que apunta a eliminar desigualdades históricas, transparentar el uso de los fondos públicos y mejorar el servicio en su conjunto, se pone fin a un esquema que sostenía beneficios puntuales para determinadas cooperativas de cartoneros, al tiempo que se anuncian inversiones clave en infraestructura, control y bancarización del sistema.

Desde Nuestra redaccion, observamos un giro claro y decidido: el modelo actual de reciclado está siendo desmantelado y rediseñado para lograr mayor equidad entre los trabajadores y más eficiencia en la recolección diferenciada, una tarea cada vez más crucial en una ciudad que genera más de 7.000 toneladas de residuos diarios.

Fin de los subsidios selectivos: una decisión con impacto

Hasta ahora, más de 3.100 cartoneros provenientes del conurbano bonaerense, pertenecientes a cooperativas como Amanecer de los Cartoneros, Madreselvas, Recuperadores Urbanos del Oeste y Cartonera del Sur, eran trasladados diariamente hacia la Ciudad de Buenos Aires con el costo cubierto íntegramente por el Estado porteño. Esta situación no sólo implicaba una inversión millonaria de recursos públicos, sino que generaba una marcada desigualdad dentro del propio sistema.

Mientras esos trabajadores recibían asistencia logística diaria, otros más de 3.000 recuperadores urbanos, que desarrollaban tareas idénticas, no accedían al mismo beneficio, pese a pertenecer también a cooperativas reconocidas por el Gobierno de la Ciudad. Esa brecha, insostenible desde el punto de vista de la equidad, es la que la administración de Jorge Macri se propuso cerrar.

“Estamos desarmando un sistema que, lejos de dar respuestas, se convirtió en parte del problema. El esfuerzo de la Ciudad debe traducirse en mejoras reales para todos, no en beneficios arbitrarios”, señaló el jefe de Gobierno en el anuncio de esta reestructuración integral.

Un nuevo paradigma para el reciclado: reglas claras y para todos

El rediseño del sistema no se limita a cortar con los traslados desde la Provincia. En paralelo, se están implementando una serie de medidas estructurales que redefinen el funcionamiento operativo y financiero de todo el esquema de reciclaje. Entre los principales ejes del nuevo modelo se destacan:

1. Eliminación de la intermediación financiera

Desde ahora, todos los recuperadores urbanos cobran directamente sus haberes a través del Banco Ciudad, lo que elimina el papel de las cooperativas como intermediarias en la administración de los fondos. Esta decisión, según explicaron desde el Ejecutivo, busca evitar desvíos, garantizar que el dinero llegue a quienes realmente lo trabajan y asegurar que ningún recuperador quede sujeto a manejos discrecionales.

2. Bancarización total del sistema

La bancarización al 100% es otro de los pilares de esta transformación. Con ello, se logra una trazabilidad completa de los fondos, mayor transparencia y un control más riguroso del uso del dinero público. Además, se facilita el acceso de los trabajadores a servicios bancarios, herramientas financieras y derechos laborales formales.

3. Control biométrico de asistencia

Para asegurar que los recursos se distribuyan en base a la presencia y el trabajo efectivo, se implementó un sistema de control biométrico en los Centros Verdes y en los predios logísticos. Gracias a esta tecnología, se puede validar quiénes asisten y quiénes no, de manera objetiva. En el primer mes desde su implementación, se registró un aumento del 45% en los descuentos por inasistencias injustificadas, lo que evidencia que el nuevo sistema comienza a dar resultados concretos.

4. Reinversión en infraestructura y operatividad

Con los cerca de 6.000 millones de pesos anuales que antes se destinaban al traslado de un grupo acotado de trabajadores, el Gobierno de la Ciudad anunció que se financiarán mejoras significativas en el sistema de reciclado. Esto incluye:

  • Refuerzo de las rutas de recolección en barrios con alto volumen de residuos reciclables.
  • Ampliación y modernización de los Centros Verdes.
  • Incorporación de nueva maquinaria y equipamiento para mejorar el procesamiento de materiales.
  • Capacitaciones para los recuperadores, orientadas a la profesionalización del sector.

“Estamos construyendo un sistema más justo, donde todos estén sujetos a las mismas reglas. El esfuerzo de los vecinos que separan sus residuos no puede ser desperdiciado por estructuras que operan con privilegios o lógicas políticas”, sostuvo Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, al detallar los avances de la reforma.

¿Por qué es necesaria esta transformación?

El reciclado urbano, en cualquier gran ciudad del mundo, constituye una política pública esencial. No se trata solamente de una cuestión ambiental, sino también social, económica y de gestión urbana. En Buenos Aires, el crecimiento del sistema de recolección diferenciada estuvo acompañado, durante años, de una serie de acuerdos con cooperativas que, si bien tuvieron un rol clave en los comienzos, fueron generando con el tiempo asimetrías difíciles de sostener.

Desde Delidiet, como cronistas y vecinos, entendemos esta medida como un punto de inflexión necesario. Durante mucho tiempo, el reciclado convivió con un esquema de incentivos mal distribuidos, falta de control y ausencia de transparencia. La iniciativa actual busca revertir ese escenario, y avanzar hacia una gestión moderna, eficiente y basada en principios de igualdad ante la ley.

El rol de los recuperadores urbanos: hacia una mayor dignidad laboral

Más allá del rediseño técnico, uno de los objetivos centrales de esta transformación es dignificar la tarea del recuperador urbano. Con el nuevo esquema, cada trabajador cuenta con condiciones laborales más claras, acceso directo a sus ingresos y participación en un sistema transparente.

En una recorrida por barrios como Retiro, Constitución, Balvanera y Liniers, es evidente que los desafíos continúan: aún hay desorganización en algunos puntos, y falta conciencia ciudadana sobre la separación de residuos. Sin embargo, también se perciben signos positivos: mayor presencia de recuperadores identificados, mejor coordinación entre recolección y procesamiento, y un incipiente proceso de profesionalización en marcha.

Una política de largo plazo

El reciclado no es una moda ni un tema menor. En un contexto de cambio climático, presión ambiental y necesidad de economías circulares, la gestión de los residuos se convierte en un eje estratégico de cualquier gobierno urbano moderno. En ese sentido, ordenar, controlar y distribuir de forma equitativa los recursos del sistema de reciclado es una inversión en sustentabilidad, ciudadanía y futuro.

La reestructuración porteña, aunque no exenta de tensiones y resistencias, sienta un precedente que podría replicarse en otras jurisdicciones. Que el reciclado deje de ser un espacio de favores políticos o manejos discrecionales, y pase a convertirse en una política pública seria, es una señal de madurez institucional.

Una etapa que recién comienza

El camino hacia un sistema de reciclado más justo, moderno y eficiente recién está comenzando. Lo importante ahora será sostener las transformaciones en el tiempo, monitorear los resultados y seguir incorporando mejoras. Desde Delidiet, seguiremos observando y contando cada paso de esta evolución que, sin duda, impactará en la calidad de vida de todos los porteños.

Porque en una ciudad que genera miles de toneladas de residuos por día, cada avance en reciclado urbano es también un paso hacia una Buenos Aires más limpia, más equitativa y más consciente del mundo que deja a las próximas generaciones.

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