Ciudad de la Paz: un nuevo puente para el tránsito liviano y una mirada al patrimonio barrial.

Buenos Aires, 09 de agosto de 2025 – El tradicional paso ferroviario de la calle Ciudad de la Paz, que conecta los barrios de Palermo y Colegiales, experimentará una transformación estructural significativa: será reemplazado por un nuevo puente moderno, exclusivo para tránsito liviano. Sin embargo, el viejo puente, cargado de memoria urbana, no desaparecerá por completo: será preservado como bien patrimonial, atendiendo al reclamo de vecinos y organizaciones que valoran su historia.
La decisión fue anunciada oficialmente por el Ministerio de Infraestructura y Movilidad en conjunto con Autopistas Urbanas S.A. (AUSA), y responde a informes técnicos que advierten desde hace tiempo sobre el deterioro estructural de la construcción original, inaugurada en 1916.
Seguridad y modernización con respeto por la identidad barrial
Desde marzo pasado, el cruce ferroviario había sido reabierto parcialmente, tras recibir una serie de refuerzos metálicos provisorios que permitieron su uso restringido. Actualmente, solo pueden atravesarlo automóviles, motos, peatones y ciclistas. La nueva obra mantendrá esta misma categoría de tránsito, con la incorporación de pórticos de altura controlada para limitar el acceso y dos pasarelas peatonales: una con escaleras y otra equipada con rampas de accesibilidad, pensadas para personas con movilidad reducida, bicicletas y cochecitos.
Aunque la estructura será completamente nueva, su diseño buscará recuperar la estética original del puente, combinando elementos arquitectónicos históricos con estándares actuales de seguridad, durabilidad y funcionalidad. La intervención contempla además asegurar la integridad de la traza ferroviaria del tren Mitre, que corre por debajo del puente con un volumen de hasta 200.000 pasajeros diarios.
Patrimonio que no se borra
Uno de los aspectos más valorados por vecinos y referentes culturales es la decisión de conservar el puente original, una estructura centenaria que forma parte del paisaje emocional del barrio. Según informaron desde AUSA, se está evaluando la posibilidad de reubicarlo en un espacio cercano, donde pueda ser apreciado como testimonio del pasado ferroviario y urbano de la zona. Si bien no se definió aún su nuevo emplazamiento, el compromiso oficial es que no será demolido.
De este modo, la obra apunta no solo a resolver una necesidad de infraestructura largamente postergada, sino también a honrar el patrimonio y fortalecer el sentido de identidad local.
Una renovación que va más allá del puente
La iniciativa no se limita al reemplazo del cruce. También incluye una puesta en valor del entorno urbano que rodea al puente, en el área comprendida entre las calles Ciudad de la Paz, Santos Dumont, Concepción Arenal, avenida Dorrego y Zapata.
Entre las mejoras proyectadas se encuentran:
- Nivelación y ensanchamiento de veredas
- Incorporación de mobiliario urbano nuevo
- Instalación de luminarias LED para mayor visibilidad nocturna
- Colocación de cámaras de videovigilancia
- Obras de mejoramiento hidráulico para evitar anegamientos
- Parquización y arbolado para embellecer el paisaje
Estas intervenciones buscan mejorar la calidad del espacio público y brindar mayor seguridad y comodidad a quienes transitan la zona diariamente, ya sea a pie, en bicicleta o en vehículo.
De la preocupación vecinal a una solución planificada
El cierre del puente en enero de 2023 generó inquietud entre los residentes de la zona. En ese momento, el GCBA justificó la medida por razones de riesgo estructural, pero la falta de información concreta sobre el futuro del paso elevó la incertidumbre.
A partir de allí, se implementó un plan en dos fases. La primera consistió en refuerzos temporarios para evitar su clausura total. La segunda, que ahora comienza a desarrollarse, contempla la construcción de una nueva estructura, acompañada por acciones urbanísticas integrales.
Para muchas personas del barrio, se trata de una solución esperada desde hace años, especialmente por quienes padecieron problemas de circulación, embotellamientos y desvíos a raíz de la limitación del paso.
Un equilibrio entre progreso y memoria
La transformación del paso de Ciudad de la Paz representa un gesto que combina innovación urbana con sensibilidad patrimonial. Por un lado, se responde a la necesidad concreta de modernizar infraestructuras clave para la movilidad liviana. Por el otro, se reconoce la carga simbólica del puente original, cuya silueta centenaria seguirá viva, aunque ya no como vía de tránsito, sino como testimonio histórico.
Así, el nuevo cruce promete ser más seguro, funcional y accesible, sin perder el vínculo afectivo que el antiguo puente supo construir con generaciones de vecinos.