Con motivo del séptimo aniversario de la sanción de la Ley Justina, mañana la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se teñirá de violeta, el color favorito de Justina Lo Cane. El Planetario, el Puente de la Mujer y el Monumento a los Españoles modificarán su iluminación como parte de una acción simbólica para conmemorar esta fecha significativa. La iniciativa, impulsada por el Gobierno porteño en colaboración con la Fundación Casa Justina y el movimiento #MultiplicateX7 —liderado por Ezequiel Lo Cane, padre de Justina— busca renovar el compromiso ciudadano con la donación de órganos y destacar los aspectos que aún requieren mejora.
La Ley Justina, aprobada por unanimidad en el Congreso nacional el 4 de julio de 2018, establece que toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos salvo que haya manifestado expresamente su negativa. La normativa surgió tras la conmovedora historia de Justina Lo Cane, una niña de 12 años que falleció en 2017 mientras aguardaba un trasplante de corazón en la Fundación Favaloro. Su caso movilizó a miles de personas y generó un impacto social que derivó en un cambio legislativo histórico.
Según expresó Ezequiel Lo Cane, “iluminar la Ciudad con el color violeta no es solo un recordatorio de los siete años de la Ley, sino sobre todo una forma de visibilizar los siete puntos que aún necesitan ser fortalecidos para asegurar su plena implementación”.
Entre esos ejes pendientes, se destacan:
· La obligación de que las terapias intensivas reporten los fallecimientos,
· La inclusión de contenidos educativos sobre donación y trasplante en las escuelas,
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· La designación de procuradores en unidades de terapia intensiva y de procuración,
· La promoción del trasplante cruzado,
· La protección legal y médica del donante vivo,
· La inserción laboral de donantes y trasplantados,
· Y la agilización de las intervenciones de los servicios jurídicos ante muertes accidentales.
Desde el Gobierno de la Ciudad subrayaron que este homenaje representa “un gesto simbólico pero contundente”, que busca mantener presente la vigencia de una ley que ha salvado miles de vidas, al mismo tiempo que se insiste en la necesidad de perfeccionarla.
Cabe recordar que, durante el primer año posterior a su aprobación, la Ley Justina tuvo un impacto inmediato: la Argentina alcanzó un récord de 19,5 donantes por millón de habitantes, y la donación de tejidos creció un 77 %, lo que permitió que más de 1.600 personas pudieran recibir un trasplante.
Por su parte, la familia de Justina continúa trabajando activamente para generar conciencia sobre la importancia de la donación. “Es muy angustiante estar esperando ese llamado, es vivir en estado de alerta constante. Lo que queríamos era que el caso de Justina llegue a todos para que tuviera la posibilidad de recibir el corazón que necesitaba”, expresó su tía en una entrevista con Infobae.
Siete años después, su legado sigue iluminando la esperanza de miles de personas.