Cinco personas murieron por inhalación de monóxido en Villa Devoto


Una tragedia conmocionó al barrio porteño de Villa Devoto, donde cuatro adultos y una niña de cuatro años perdieron la vida a causa de la inhalación de monóxido de carbono dentro de una vivienda situada sobre la calle Sanabria, entre Pedro Morán y Ricardo Gutiérrez. El hecho salió a la luz cuando un familiar ingresó al domicilio y, al encontrarse con una escena desgarradora, dio aviso al 911.

Al arribar al lugar, efectivos de la Policía de la Ciudad encontraron a un hombre y una menor inconscientes en el piso. Las puertas del inmueble estaban abiertas, producto del ingreso del familiar que advirtió la emergencia. Simultáneamente, acudieron dotaciones de bomberos, quienes comenzaron a ventilar los ambientes para facilitar la labor del SAME.

De acuerdo con lo informado por el titular del SAME, Alberto Crescenti, las víctimas fueron dos personas mayores, una pareja joven y su hija. Según precisó, “los hombres tenían 75 y 43 años; las mujeres, 79 y 42, y la niña, 4”. Los profesionales de la salud constataron los decesos una vez que se logró renovar el aire en el interior de la vivienda.

Por otro lado, el operativo permitió rescatar con vida a un bebé, quien fue trasladado de urgencia al Hospital Zubizarreta. Crescenti indicó que el menor se encontraba consciente al momento del hallazgo y agregó que “es probable que sea derivado al Hospital de Niños o al Pedro Elizalde” para continuar con su atención médica. Este descubrimiento brindó un atisbo de esperanza en medio del profundo dolor.

Este trágico episodio volvió a encender las alarmas en torno a un enemigo invisible que suele ganar presencia durante el invierno: el monóxido de carbono. Se trata de un gas imperceptible —sin olor, color ni sabor— que puede acumularse peligrosamente en espacios cerrados cuando los sistemas de calefacción presentan fallos o carecen de mantenimiento adecuado. La combustión defectuosa de cocinas, estufas, calefones, termotanques o anafes domésticos es una de las principales fuentes de emisión de este compuesto letal, que actúa sin generar señales evidentes.

Los primeros indicios de intoxicación por monóxido suelen confundirse con cuadros gripales o agotamiento. Dolor de cabeza, mareos, náuseas y somnolencia pueden anteceder a síntomas más severos, como desmayos, pérdida del conocimiento e incluso la muerte. De acuerdo con datos médicos, en Argentina se producen cada año cerca de 200 fallecimientos vinculados a este tipo de envenenamiento.

Frente a esta situación, los expertos insisten en la importancia de adoptar medidas preventivas. Ventilar diariamente los espacios, verificar que la llama de los artefactos sea de color azul y acudir siempre a gasistas matriculados para instalaciones y controles son acciones fundamentales. También se aconseja no instalar calefones ni estufas en baños o habitaciones cerradas, y evitar el uso de artefactos caseros o en mal estado.

A su vez, es esencial contemplar la instalación de detectores de monóxido de carbono. Aunque todavía poco frecuentes en los hogares porteños, estos dispositivos pueden salvar vidas al emitir una alarma sonora cuando detectan la presencia del gas. Su bajo costo y sencilla colocación los convierten en una herramienta eficaz, especialmente en viviendas con niños, adultos mayores o personas con movilidad reducida.

Por último, los equipos de emergencia destacan la necesidad de intensificar las campañas de concientización. La ventilación cruzada, el mantenimiento periódico por parte de profesionales y la incorporación de tecnologías de detección temprana son claves para prevenir tragedias como la que golpeó a Villa Devoto.
 

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