14 agosto, 2025

La emblemática Palestra de Núñez en jaque: historia, conflicto y esperanza judicial.

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En el corazón del barrio de Núñez se ubica la Palestra Nacional de Andinismo, un muro de escalada de casi 20 metros de altura, único en América Latina por sus características técnicas. Construida en hormigón y recubierta con piedra natural, ha sido desde hace más de cuatro décadas el lugar de referencia para quienes practican escalada en la Ciudad de Buenos Aires, donde no existen montañas ni relieves naturales para este deporte.

Hoy, este espacio fundamental para escaladores, cuerpos de rescate y deportistas en general se encuentra en riesgo. El motivo: un proyecto de infraestructura impulsado por el Gobierno porteño, que busca extender el Puente Labruna, lo que implica demoler la palestra para levantar nuevas rampas de acceso vehicular. La obra, a cargo de AUSA, también está vinculada a un plan urbano que prevé grandes desarrollos inmobiliarios en la zona, lo que genera inquietud sobre el futuro del predio.

Una estructura imprescindible construida por la comunidad

La Palestra fue ideada a comienzos de los años 80 por el Centro Andino Buenos Aires (CABA), ante la necesidad de contar con un sitio adecuado para entrenar escalada en una ciudad sin cerros ni rocas. Con apoyo de la Secretaría de Deportes de la Nación, lograron instalar esta estructura en el predio del CeNARD, que por entonces pertenecía al Estado nacional.

Desde entonces, ha sido un lugar clave no solo para deportistas urbanos, sino también para bomberos, policías, personal militar y equipos de rescate, quienes allí realizan prácticas de rappel, progresión y maniobras técnicas en un entorno seguro. Asimismo, es sede de competencias, talleres y actividades educativas.

Un freno judicial momentáneo

A comienzos de 2025, el Juzgado Contencioso Administrativo N.º 24 de la Ciudad dictó una medida cautelar que impide su demolición, al considerar que el Centro Andino está legitimado para reclamar la protección del espacio. La justicia convocó a una instancia de diálogo entre las partes, exigiendo que no se avance con la obra sin antes definir una alternativa que garantice la continuidad del muro de escalada.

Más recientemente, en una audiencia de seguimiento, el tribunal ordenó que el Gobierno de la Ciudad presente un proyecto concreto para reemplazar la palestra por una estructura de igual o superior calidad técnica, antes de autorizar cualquier modificación al predio actual.

Una propuesta de traslado que no convence

En paralelo, las autoridades porteñas propusieron trasladar la palestra a otro espacio, posiblemente dentro del Parque Olímpico de Villa Soldati, y delegar su gestión a la Federación Argentina de Ski y Andinismo (FASA). Sin embargo, los escaladores advierten que una construcción nueva no replicaría las condiciones que ofrece el muro de piedra actual, cuya superficie y desgaste natural permiten un entrenamiento de nivel profesional difícil de reproducir.

Por su parte, el Centro Andino insiste en que cualquier mudanza debe garantizar continuidad operativa, sin cerrar el espacio actual hasta que el nuevo esté plenamente construido y habilitado, con las condiciones técnicas que exige el deporte.

Un legado deportivo y cultural en peligro

La historia de la palestra no solo está marcada por el entrenamiento y la técnica, sino también por su valor simbólico. Surgió como iniciativa de una comunidad que, ante la falta de recursos, supo crear un espacio de encuentro, superación y aprendizaje colectivo. Por eso, la posibilidad de su desaparición genera un fuerte rechazo entre quienes la utilizan desde hace años.

En 2021, incluso, se presentó en la Legislatura de la Ciudad un proyecto para declarar la Palestra bien de interés cultural, subrayando su importancia histórica y social. Aunque el texto aún no fue tratado, la iniciativa busca reforzar su protección frente a cualquier avance urbanístico.

Además, en plataformas como Change.org, miles de personas firmaron una petición para frenar la demolición, reclamando que se respete el espacio público y deportivo, y advirtiendo sobre los efectos negativos que tendría su desaparición para la comunidad.

Expectativa ante una definición clave

Hoy, el conflicto continúa abierto. Mientras los responsables del proyecto urbano defienden la necesidad de mejorar la conectividad y el desarrollo de la zona, escaladores y vecinos apelan a la memoria colectiva y al derecho a conservar un sitio que consideran irremplazable.

La justicia porteña mantiene por ahora la medida que impide su demolición, pero el destino final de la Palestra dependerá de las próximas audiencias y de la voluntad de las autoridades para encontrar una solución consensuada.

En definitiva, la Palestra no es solo un muro: es un símbolo de perseverancia, una escuela a cielo abierto y un testimonio del esfuerzo colectivo que transformó un rincón de Buenos Aires en referencia nacional para la escalada.

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