Mujeres que Hacen Historia: Las Esculturas del Corralón de Floresta Encuentran su Lugar Definitivo

En el barrio de Floresta, un homenaje cargado de historia, lucha y memoria colectiva finalmente encontró su lugar definitivo. Las esculturas que integran la serie “Mujeres de Floresta”, creadas por la artista María Claudia Martínez, fueron oficialmente emplazadas en el espacio cultural conocido como el Corralón de Floresta, ubicado en Avenida Gaona 4660.
Esta decisión se tomó tras una votación unánime en la última reunión de la Junta Comunal 10, impulsada por la propuesta de la comunera Daniela Romero (Unión por la Patria), y coincidió con un momento emotivo para la comunidad: el reciente fallecimiento de Elvira Torres, madre de Cristian Gómez —uno de los jóvenes asesinados en la tristemente célebre Masacre de Floresta— y una de las mujeres homenajeadas en esta obra escultórica.
Un reconocimiento que recorre la ciudad
Las esculturas fueron concebidas en 2017 como un homenaje en vida a ocho mujeres del barrio de Floresta que se destacaron por su incansable labor en defensa de los derechos humanos, la salud pública, la educación popular, el arte comunitario y otras áreas claves para el tejido social del barrio.
Desde su creación, la serie escultórica tuvo un largo y simbólico recorrido por distintos espacios de la ciudad de Buenos Aires: fue exhibida en la Legislatura Porteña, en la Sociedad de Fomento Manuel Belgrano, y tuvo una parada intermedia en la Casona de la Memoria, dentro del propio Corralón. Ahora, finalmente, las esculturas cuentan con un emplazamiento estable, a la vista de vecinos, visitantes y nuevas generaciones.
El origen de una obra profundamente colectiva
La relación de la escultora María Claudia Martínez con estas mujeres se remonta al año 2001, en un contexto atravesado por la crisis política, social y económica que vivía el país. La historia común y la militancia barrial fueron los hilos que las unieron. En el año 2014, Martínez sintió la necesidad artística y ética de crear una obra que visibilizara la lucha silenciosa pero transformadora que estas mujeres habían llevado adelante durante años en el barrio.
Según expresó la artista, su intención fue representar a cada una de ellas “tal como son”, sin idealizaciones ni figuras abstractas. El objetivo era generar curiosidad e interés en quienes se acercaran a las esculturas sin conocer previamente la historia de sus protagonistas. Su esperanza era que ese primer contacto visual abriera la puerta a preguntas, conversaciones, y nuevos aprendizajes sobre la identidad y la memoria del barrio.
“El reconocimiento no era solo para ellas —aclara Martínez—, sino para todo lo que representan: la fuerza del trabajo territorial, la perseverancia, la empatía y la convicción de que es posible transformar el entorno desde el compromiso colectivo.”
Las ocho mujeres que marcaron a Floresta
Las figuras representadas por las esculturas son referentes fundamentales en la historia reciente del barrio. Cada una de ellas ha dejado una huella imborrable desde diferentes espacios de militancia, organización y cuidado comunitario:
- Anahí Aizpuru: socióloga y militante barrial, integrante activa de la Asamblea de Floresta.
- Gabriela Alonso: actriz, docente y coordinadora del centro cultural La Casita de la Selva, espacio clave para el arte comunitario.
- Dora Egber: psicóloga, también miembro de la Asamblea de Floresta, comprometida con el abordaje emocional y comunitario.
- Dora Grieco: profesora de historia y otra referente destacada dentro de la Asamblea, impulsora de proyectos de memoria y educación popular.
- Silvia Irigaray: madre de Maxi Tasca, una de las víctimas de la masacre de Floresta. Fundadora de Madres del Dolor y activa colaboradora del INCUCAI, ha transformado el dolor en acción solidaria.
- Silvia Márquez: educadora popular, cuya historia está atravesada por la desaparición forzada de su compañero durante la última dictadura cívico-militar.
- Mabel Sampaolo: docente, militante gremial en UTE, y figura central en la organización de actividades educativas en la Asamblea.
- Elvira Torres: gremialista, fundadora y protesorera de la ONG Madres del Dolor, madre de Cristian Gómez, y referente en la lucha contra la impunidad.
Arte público, memoria viva
El Corralón de Floresta no es solo un espacio cultural: es un sitio de construcción colectiva, memoria activa y resistencia cotidiana. La llegada definitiva de las esculturas “Mujeres de Floresta” fortalece ese carácter, al incorporar una obra que no solo embellece el espacio, sino que narra la historia de las mujeres que ayudaron a construirlo.
La iniciativa de emplazar esta serie escultórica no solo pone en valor el trabajo de la artista, sino también el de toda una comunidad que eligió hacer de su historia una bandera. En tiempos donde la memoria es constantemente desafiada, estas esculturas son un acto de resistencia y un legado tangible.
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