La segunda edición de la Fiesta del Libro Usado (FLU), celebrada el último fin de semana en la Plaza del Lector de la Biblioteca Nacional, resultó ser un éxito rotundo, atrayendo a más de 42,000 participantes en total. La festividad, que tuvo lugar bajo un cielo despejado, se convirtió en un punto de encuentro vibrante para lectores de todas las edades.
El primer día de la FLU, aproximadamente 25,000 personas recorrieron los stands de 34 librerías especializadas en libros usados, disfrutando de una variedad de títulos que iban desde joyas literarias hasta descubrimientos inesperados. El segundo día, aunque la afluencia de público disminuyó ligeramente, aún atrajo alrededor de 17,000 visitantes, manteniendo el entusiasmo y el dinamismo del evento.
Patricio Rago, uno de los organizadores del evento y propietario de Aristipo Libros, destacó el ambiente frenético y la gran demanda que experimentaron. Describió la segunda edición como “una locura absoluta” y subrayó el contraste con la tranquilidad de la edición anterior. La masiva participación mantuvo a los libreros ocupados durante toda la jornada, sin tiempo para descanso o interacción entre ellos.
Paz Marenco, otra de las organizadoras, expresó su sorpresa por la gran cantidad de asistentes y el positivo feedback recibido. La expectativa inicial de 8,000 personas se vio ampliamente superada, lo que llevó a una emotiva respuesta por parte de los participantes y libreros, algunos de los cuales sugirieron incluso aumentar la frecuencia del evento.
La FLU no solo destacó por su impresionante asistencia y ventas, sino también por la calidad y diversidad de su oferta. Los libreros presentaron una amplia gama de libros, incluyendo ediciones raras como la primera de “Mundo de siete pozos” de Alfonsina Storni y el diario de Virginia Woolf. El evento también incluyó entrevistas con destacadas figuras literarias y actividades culturales como presentaciones musicales de Miau Trío y Urraka.
A pesar del éxito, los organizadores ya están pensando en futuras ediciones. Marenco y Rago sueñan con expandir la FLU a nivel federal, incorporando librerías de otras provincias y posiblemente de otros países, aunque admiten que esto requerirá apoyo financiero adicional. También están considerando añadir más dinámicas participativas y actividades artísticas en futuras ediciones.
En resumen, la FLU se consolidó como un importante evento cultural en Buenos Aires, no solo por su capacidad de atraer a un gran número de amantes de los libros, sino también por su habilidad para promover la circulación de libros usados y la valorización de su accesibilidad y valor cultural. Con un lema que celebra la lectura como una fiesta, la FLU demostró ser un verdadero festival del libro, lleno de energía, entusiasmo y posibilidades para el futuro.