El barrio de Nueva Pompeya, en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, vivió momentos de tensión el pasado martes debido a una importante fuga de gas que obligó a la evacuación de varias manzanas y movilizó a los servicios de emergencia de la ciudad.
El incidente tuvo lugar en la intersección de las calles Sáenz y Del Barco Centenera, una zona residencial y comercial que, en las horas pico, está densamente poblada. Según los primeros informes, la fuga fue causada por la rotura de una cañería principal de gas durante unas obras de mantenimiento en la vía pública. La tubería afectada, que pertenece a la red principal de suministro de gas natural de la ciudad, es de alta presión, lo que incrementó la gravedad del escape.
Los vecinos notaron el fuerte olor a gas alrededor de las 10:30 de la mañana y rápidamente alertaron a las autoridades. En cuestión de minutos, personal de la empresa Metrogas, junto con efectivos de los Bomberos de la Ciudad y la Policía, se hicieron presentes en el lugar. Como medida preventiva, se cortó el suministro de gas en un radio de cinco cuadras alrededor del epicentro de la fuga, y se ordenó la evacuación de los edificios más cercanos, incluidos varios comercios, una escuela primaria y un centro de salud.
El jefe del operativo de Bomberos, el Comandante Daniel Sánchez, declaró: “Nuestra prioridad fue garantizar la seguridad de las personas en la zona afectada. El riesgo de explosión era alto, por lo que actuamos rápidamente para evacuar y asegurar el área”.
La evacuación se realizó de manera ordenada, pero la situación generó preocupación entre los vecinos, muchos de los cuales tuvieron que abandonar sus hogares apresuradamente. Además, el tránsito en las avenidas Sáenz y La Plata fue interrumpido durante varias horas, lo que causó un importante congestionamiento vehicular en el sur de la ciudad. Las líneas de colectivo que circulan por la zona también debieron ser desviadas, complicando aún más la situación.
“Fue un caos. Estaba en mi casa y de repente escuché gritos en la calle, cuando salí, me encontré con la policía que me pidió que evacuara inmediatamente”, relató Marta Fernández, una vecina del lugar.
Tras varias horas de trabajo, los técnicos de Metrogas lograron controlar la fuga a través de un procedimiento de sellado de emergencia. No obstante, el peligro no se disipó inmediatamente. Las autoridades advirtieron que el gas acumulado en el ambiente podía ser inflamable, por lo que pidieron a los vecinos no regresar a sus casas hasta que se realizara una ventilación adecuada del área afectada. Para ello, se utilizaron ventiladores industriales y se realizaron mediciones constantes de la concentración de gas en el aire.
El Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) inició una investigación para determinar las causas exactas del incidente y evaluar si se cumplieron con todos los protocolos de seguridad durante las obras que derivaron en la ruptura de la cañería. Por su parte, Metrogas emitió un comunicado en el que lamentó lo ocurrido y aseguró que colaborará en todo lo necesario para esclarecer el hecho.
El suceso generó gran preocupación entre los habitantes de Nueva Pompeya, quienes temen que incidentes de este tipo puedan repetirse en el futuro. “Es la primera vez que algo así pasa en el barrio, pero nos hace pensar en la seguridad de la infraestructura que tenemos. No sabemos si las cañerías están en condiciones o si esto fue un accidente aislado”, expresó Mario González, comerciante de la zona.
En respuesta, representantes del Gobierno de la Ciudad anunciaron que se realizará una inspección exhaustiva de la red de gas en todo el barrio para detectar posibles fallas y prevenir futuros incidentes. También se comprometieron a reforzar la comunicación con los vecinos para que estén informados y sepan cómo actuar en caso de una emergencia similar.
Este incidente pone de manifiesto la importancia de contar con una infraestructura segura y un sistema de respuesta rápida y eficiente ante emergencias. Aunque afortunadamente no se registraron víctimas fatales ni heridos, la situación pudo haber tenido consecuencias mucho más graves. La rápida actuación de los servicios de emergencia y la colaboración de los vecinos fueron clave para evitar una tragedia.
Sin embargo, queda claro que es necesario mejorar los protocolos de prevención y mantenimiento de las redes de servicios esenciales, como el gas natural. Las autoridades deberán trabajar en conjunto con las empresas proveedoras para garantizar la seguridad de los habitantes y minimizar los riesgos asociados a fallas en la infraestructura.
Mientras tanto, los vecinos de Nueva Pompeya continúan recuperándose del susto, agradecidos por haber salido ilesos de una situación potencialmente catastrófica, pero con la esperanza de que se tomen las medidas necesarias para evitar que algo así vuelva a suceder.